La última oración (bosquejo de estudio)

Bosquejo de estudio bíblico

Texto: Lucas 23:44-46.

Ocasión: Semana Santa.

Introducción:

Semana Santa es para nosotros conmemoración, pero también es celebración. Conmemoramos los sufrimientos y la muerte del Señor por nuestros pecados. Celebramos su resurrección para nuestra justificación. Observando hoy al crucificado, meditemos en …

SU ULTIMA ORACION

I. Seis horas de sufrimiento en la cruz. Siete palabras dichas en ese tiempo. La primera y la última son oraciones, como encerrando la gran obra redentora en el marco de la oración. La primera es por otros. La última, por sí mismo.

II. Es su última palabra. Muchas palabras habló Jesús en su vida. Mucha sabiduría y profundas enseñanzas … Palabras de consuelo para los pobres y arrepentidos pecadores. Palabras de alegría para los tristes. Palabras de vida para los muertos. Palabras de calma para las tormentas. Palabras de advertencia para los impíos y negligentes pecadores. Palabras de esperanza para los desalentados. Ahora, su última palabra.

La última palabra de una persona suele ser la más importante de su vida. Los hijos suelen recordar siempre las últimas palabras de sus padres. ¡Hijos e hijas de Dios! Escuchad las últimas palabras de nuestro Señor: “Padre, en tus manos …”

III. Es también su última oración. Jesús oró siempre. Ante los problemas y las grandes decisiones. Ahora, ante el problema final, ¿no habría de orar?.

¿Cómo encaramos nosotros los problemas y las grandes decisiones?.

IV. Las manos del Padre. Poderosas para crear y preservar. Manos justas para juzgar. Amorosas para perdonar: Manos listas para bendecir. Seguras para guardar y cuidar. A ellas encomienda el cuidado de su espíritu. ¿Conocemos esas manos? ¿Confiamos en ellas?.

V. El espíritu del moribundo. El soplo de Dios que da la vida al hombre. Retirado el espíritu, queda el cuerpo muerto. Ejemplos de los espíritus de Lázaro en el cielo, y del ex rico, en el infierno (Lucas 16). Jesús muere de veras. Su cuerpo ha de ir a la tumba. Su espíritu ha de quedar en las manos del Padre, bien guardado.

¿Nuestro espíritu, a quién lo encomendamos?.

VI. Poderoso ejemplo para nosotros. A tomar la vida en serio. A no jugar con nuestro espíritu que Dios nos ha dado por un poco de tiempo. Más valor a la oración en este tiempo en que tenemos el privilegio de vivir. Más consagración a las manos del Padre.

Ahora hemos sido redimidos de todos nuestros pecados. No hay razón para no encomendarnos a él, ahora y para la eternidad.

Conclusión:

La muerte de un incrédulo es terrible y desastrosa. La de un hijo de Dios es un privilegio, por poder encomendarse a las manos del Padre.

Pastor C. Nagel.

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